Ouch! Depilación.

A lo mejor para algunas no es tema, pero por lo menos yo lo he escuchado bastante como tal. ¿No les ha pasado que cuando tienen que depilarse tratan de patear la visita por el dolor?, o todo lo contrario, ¿Mientras antes mejor?, porque para qué darle más vueltas: No es una rutina agradable. Hace mucho tiempo que quería escribir sobre esta experiencia casi religiosa, porque se termina el verano y ya no es tan necesario depilarse (por ejemplo las piernas), pero hay que seguir haciéndolo, porque si lo dejamos para primavera les encargo el tirón de dolor que tendrán. Contar esta costumbre para mí es horrible, porque parece que tengo el umbral del dolor muy bajo entonces sufro muchísimo. Además que comencé tarde, porque mi madre querida me metió el “cuco” de que soy alérgica a la cera (era mentira), así que ni siquiera se lo quieren imaginar.

Partí depilándome en una peluquería que queda en la esquina de mi casa que pensé que era lo mejor que me había pasado, pero para mi mala suerte tuve dos años de nada, porque la niña depilaba muy mal, entonces me duraba una semana como máximo. Además me maltrataba la piel y quede con las axilas horribles, hasta que mis lindas primitas me recomendaron un local llamado “Bella Piel”, que queda en Providencia (pasando el dato). Desde ahí  fue distinto. Me dura la depilación por lo menos dos semanas que es algo mejor, porque no me afecta al cuerpo solamente si no que también al bolsillo, porque los precios van desde los $800 a  $ 4000, entonces ir a depilarse semanalmente no es muy barato que digamos.

Una vez leí en un libro que las mujeres nos depilábamos desde los Egipcios con Cleopatra y que las mujeres depiladas eran sinónimo de niñez, o sea los hombres nos pervertían inconscientemente, por eso es que nos depilamos. No sé qué pensar, porque me gusta como se ve mi piel sin vellos: se ve limpia. Me da asco también tenerlos, pero admito que cuando llega el tirón y la angustia me gustaría ser hombre.

La depilación creo que es tema para muchas mujeres, porque el vello es distinto en cada una de ellas, entonces el dolor y la duración en cada una es diferente.  Me gustaría saber qué opinan de la depilación.

Igancia Aliaga

PD: Les dejo el link de un video que me reí mucho y me acorde bastante de esta experiencia.

http://www.youtube.com/watch?v=tg0Mko4s2rs&feature=fvst

¡A mostrar las piernas!

El Jueves de la semana pasada, como de costumbre tenía clases en la universidad y no sabía que ponerme. Cuando me enfrenté al closet (que es lo que constantemente hacemos), saque mis jeans y una polera; pero vi un vestido que me había regalado mi mamá, y que si lo vieran (muchas ya lo hicieron) dirían que es hermoso. Me pregunté si algún día me lo pondría, porque al decir verdad tengo que confesar que me cuesta mostrar mucho las piernas en público, ya que nunca me han gustado.

La vez que ocupe vestido, me puse calzas largas debajo. En fin, ese día me di cuenta que iban hacer 33 grados de temperatura, y que si iba con jeans me iba morir de calor, enfrenté mi miedo y me lo probé.  No me veía para nada mal, de hecho me gusto; así que decidí llevarlo puesto (no sé en que planeta estaba) y fui a la universidad así.

En el camino me fui preguntando: ¿porque nunca me había puesto un vestido?, llegando a la conclusión  que mi “miedo” era más por vergüenza que por el qué dirán o simplemente era un prejuicio mío.

Desde muy pequeña he tenido el tema de la gordura presente, y eso a la larga te trauma un poco, ya que el promedio de hoy es ser regia estupenda y te cuestionas cuando no lo eres. Encuentro que eso no está bien, o sea lo que sí está bien es ser saludable, pero estar como “estrellas” (10 kilos menos del peso normal) creo que no se justifica, o sea ¿Si tenemos esas piernas, brazos, trasero, seremos más mujer? Lo que trato de decirles es que si quieren ocupar ese vestido y mostrar las piernas háganlo; que nadie las detenga, porque  eso nos repercute en la vida, ya que mañana no será un vestido sino que una oferta laboral, y ¿No la tomarán por miedo? Atrévanse, den un paso adelante (sonara cliché), pero sean audaces, valientes en la vida.

Ignacia Aliaga